MUERTE DE AL-MUNDIR, EMIR DE CÓRDOBA (29 JUNIO 888)

Hay personajes en la historia que tienen la mala suerte de pasar oscurecidos por otros notables y conocidos con los que coinciden en la época o en el territorio. Un caso de esos es Al-Mundir, uno de los ocho emires que gobernaron Córdoba hasta que el octavo, Abderramán III, decidió convertirse en califa. Al-Mundir, que había nacido en el año 844, era hijo de Mohamed I (852-886) y sólo gobernó dos años, desde 886 hasta 888. Murió cuando sitiaba a Omar ben Hafsún en Bobastro. Omar ya le había engañado asegurándole que estaba arrepentido de haberse levantado en armas pero, cuando descubrió el engaño, trató de derrotarlo, y en esa porfía murió, se dice que por instigación de su hermano Abdalá que obligó al médico de la corte a utilizar una lanceta envenenada cuando iba a sangrarle. El historiador Ibn Idhari lo describe como «moreno, de cabello ensortijado, con el rostro marcado de viruelas.» (Abdalá consideraba en efecto que su hermano mayor no tenía cualidades para el gobierno y, aunque lo negó, la historia le adjudicó la alta probabilidad del asesinato fraternal. Abdalá, que le sucedió (888-912), fue quien, tras eliminar a su hijo, decidió pasar el gobierno, después de prepararlo desde niño, a su nieto, Abderramán III el más preclaro de esa época y que se convirtió en califa el año 929). (Omar ben Hafsún fue miembro de una familia muladí -cristiano español que durante la dominación árabe abrazaba el islamismo y vivía como los musulmanes- caudillo de una revolución que tuvo en jaque durante casi cuarenta años -880/918- al emirato cordobés. Nacido en Ronda, su centro de operaciones estuvo en Bobastro, se cree que en las denominadas Mesas de Villaverde, en el término municipal de Ardales (Málaga). Los historiadores por lo general interpretan esta rebelión como una guerra civil en Andalucía en la que la sociedad indígena y nativa, la que originariamente vivía aquí cuando la invasión árabe y berebere, luchó contra la invasora, lejos aún ambas de su completa fusión. El citado historiado Idhari cita una parte de un significativo discurso de Hafsún a su gente: “Desde hace demasiado tiempo habéis debido soportar el yugo del sultán, que os quita vuestros bienes y os cobra impuestos aplastantes, mientras que los árabes os llenan de humillaciones y os tratan como esclavos. Yo no quiero sino haceros justicia y sacaros de la esclavitud).